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Resumen: En el siglo XIV aparece una nueva amenaza en Europa: el pueblo Otomano y es que tras su victoria contra los serbios, conquistan en año 1453 la ciudad de Constantinopla, acabando así con el Imperio Bizantino y comenzando con una era de dominación que duraría mas de cinco siglos.
Las invasiones de los Turcos Otomanos marcaron para siempre la historia de Albania, sobre todo entre los años 1443 y 1468 cuando Gjergj Kastrioti, llamado "Skanderbeg" que significa "El jefe alejandro" en turco, se erigió como héroe nacional e icono de la lucha contra el invasor islámico. También surgió la llamada "nación albanesa" o Shqipëria, que significa “nido de águilas” que ha permanecido hasta nuestros días e incluso figura hoy en en la bandera de Albania.
La reacción por parte de los Otomanos fue sangrienta pero ningún ejército consiguió derrotar a las huestes de Skanderbeg aunque las fuerzas albanesas fueran mínimas y mal armadas... incluso el sultán Mohammed II intentó la vía pacífica pero el héroe nacional se negó. Finalmente, la resistencia acaba en el año 1468 cuando Skanderbeg muere de malaria y su hijo no consigue estar a su altura para proseguir con la lucha.
Hasta este momento, la población era mayoritariamente cristiana y con el dominio Otomano podían elegir entre tres opciones: podían convertirse al islam y participar en la vida política y social que garantizaban los turcos, resignarse a seguir siendo cristianos y vivir en la miseria o emigrar. Las grandes y más poderosas familias albanesas optaron por la vía del exilio y hasta 200.000 personas abandonaron el país hacia regiones italianas como Nápoles o Sicilia, donde mantuvieron sus costumbres, idioma, gastronomía y tradiciones durante más de 500 años. En cuanto a los que se quedaron y se convirtieron al Islam , llegaron a formar parte de la clase privilegiada del Imperio Otomano e incluso llegaron a tener altos cargos en la administración y también fueron utilizados como fuerza de choque militar para mantener el control sobre los países vecinos de Serbia, Grecia, Macedonia del Norte o Bulgaria.
Todo esto duró hasta el siglo XIX cuando comienza el declive del poder otomano y surge el llamado "Movimiento Nacional Albanés" que fue promovido por un turco: Ali Pacha de Tepelene, quien declaró en 1819 su independencia del imperio. Esta agresión en contra de su propio pueblo hizo que tan solo dos años después fuera capturado y decapitado pero contribuyó a ser querido por los albaneses, algo que se puede comprobar hoy en día ya que su nombre aparece en muchas calles, plazas y fortalezas repartidas por todo el país.
En la segunda mitad del siglo XIX , el Rilindja o o “Renacimiento albanés” cobra una gran importancia y al igual que otros en otros países de Europa se fundan revistas y comités de defensa de la unidad nacional con la esperanza de crear una nación albanesa pero en el Congreso de Berlín de 1878, las principales potencias deciden rechazar la propuesta y dividen el territorio entre Montenegro, Serbia, Bulgaria y Grecia. Esto provoca la indignación de los intelectuales y de gran parte de la sociedad albanesa y a pesar de estar divididos, comienzan a crear sus propias escuelas donde se enseña el idioma, la cultura y la historia albanesa para algún día poder reclamar lo que les pertenece por derecho.
La reacción por parte de los Otomanos fue sangrienta pero ningún ejército consiguió derrotar a las huestes de Skanderbeg aunque las fuerzas albanesas fueran mínimas y mal armadas... incluso el sultán Mohammed II intentó la vía pacífica pero el héroe nacional se negó. Finalmente, la resistencia acaba en el año 1468 cuando Skanderbeg muere de malaria y su hijo no consigue estar a su altura para proseguir con la lucha.
Hasta este momento, la población era mayoritariamente cristiana y con el dominio Otomano podían elegir entre tres opciones: podían convertirse al islam y participar en la vida política y social que garantizaban los turcos, resignarse a seguir siendo cristianos y vivir en la miseria o emigrar. Las grandes y más poderosas familias albanesas optaron por la vía del exilio y hasta 200.000 personas abandonaron el país hacia regiones italianas como Nápoles o Sicilia, donde mantuvieron sus costumbres, idioma, gastronomía y tradiciones durante más de 500 años. En cuanto a los que se quedaron y se convirtieron al Islam , llegaron a formar parte de la clase privilegiada del Imperio Otomano e incluso llegaron a tener altos cargos en la administración y también fueron utilizados como fuerza de choque militar para mantener el control sobre los países vecinos de Serbia, Grecia, Macedonia del Norte o Bulgaria.
Todo esto duró hasta el siglo XIX cuando comienza el declive del poder otomano y surge el llamado "Movimiento Nacional Albanés" que fue promovido por un turco: Ali Pacha de Tepelene, quien declaró en 1819 su independencia del imperio. Esta agresión en contra de su propio pueblo hizo que tan solo dos años después fuera capturado y decapitado pero contribuyó a ser querido por los albaneses, algo que se puede comprobar hoy en día ya que su nombre aparece en muchas calles, plazas y fortalezas repartidas por todo el país.
En la segunda mitad del siglo XIX , el Rilindja o o “Renacimiento albanés” cobra una gran importancia y al igual que otros en otros países de Europa se fundan revistas y comités de defensa de la unidad nacional con la esperanza de crear una nación albanesa pero en el Congreso de Berlín de 1878, las principales potencias deciden rechazar la propuesta y dividen el territorio entre Montenegro, Serbia, Bulgaria y Grecia. Esto provoca la indignación de los intelectuales y de gran parte de la sociedad albanesa y a pesar de estar divididos, comienzan a crear sus propias escuelas donde se enseña el idioma, la cultura y la historia albanesa para algún día poder reclamar lo que les pertenece por derecho.